¿Existe algo capaz de parar el tiempo?
Sí, se llama fútbol y hace que durante más de 90 minutos el mundo se paralice, la gente olvide sus problemas y que los coches dejen de circular tanto por la Diagonal como por la Castellana. Todo esto por dar patadas a un balón.
Nadie se acuerda de lo mal que estamos y de lo mal que va el mundo si Merengues o Culés ganan un partido de Fútbol. Nadie se pregunta por qué Cristiano o Messi ellos solos pueden comprarse una ciudad y con lo suelto sacar a Grecia de su bancarrota.
Aunque esta vez no se disputen 6 «clásicos» para levantar la maltrecha economía de la hostelería, el día de ayer seguro que dejó un buen saquito de dinero en forma de cañas, tapas, bocadillos y entradas en los bares y cafeterías de todo el País. 90 minutos de espejismo, de despilfarro sin el autocontrol de la llamada crisis. Lo queramos ver o no, el fútbol ya no es sólo un Negocio y a veces un deporte, es un estilo de vida que tiene esta nuestra sociedad. El mejor ejemplo es que todo se paraliza, todos nos centramos, en mayor o en menor medida en este tipo de eventos futbolísticos.
La máquina del tiempo en la que se ha convertido el «Deporte Rey» es cuanto menos peligrosa. Salvados lo ejemplificó a modo de reportaje con un título más que merecido, #burbujadelfútbol, además nos dio cifras de cómo de grande es dicha burbuja. Clubes endeudados en más de 500 millones siguen comprando estadios impagables, contratando jugadores con fichas astronómicas y eludiendo la ley por obra divina, o más bien usando su enorme influencia.
¿Hasta dónde llegará?, porque, como en su día la del ladrillo, esta crisis estallará, y como pasó en Valencia, puede tener graves consecuencias..